Dra. Claudia Juncos – Nefróloga Fetal e Infantil
DIAGNUS S.A.
En Argentina, el SHU es endémico epidémico, con un aumento de la incidencia a través de los años. Se producen aproximadamente 400 a 700 casos nuevos por año; en la última década la incidencia fue mayor a 10 casos por 100.000 niños menores de 5 años. En otros Países como Chile, Uruguay, Canadá y USA no superan los 3 casos cada 100.000 niños menores de 5 años.
El agente causal del SUH es una toxina denominada Shigatoxina producida por la bacteria Escherichia coli, que se puede encontrar en el intestino del ganado vacuno y de personas, que a su vez contaminan alimentos, agua y medio ambiente. Los vacunos son el principal reservorio de esta bacteria.
La principal vía de transmisión de Echerichia Coli son los alimentos contaminados, como carne cruda o insuficientemente cocida, leche y productos lácteos no pasteurizados, vegetales crudos mal lavados, agua no potable o la contaminación fecal de aguas de ríos o piletas y la contaminación cruzada durante la preparación de los alimentos.
La transmisión de persona a persona por la vía fecal-oral y el contacto directo del hombre con los animales son importantes vías de transmisión.
Durante un brote por estos agentes entre el 6 al 10% de los niños afectados pueden desarrollar SUH.
Es más frecuente en zonas rurales y hay una mayor incidencia en los meses cálidos. Afecta a niños pequeños pero cada vez es más frecuente en niños mayores. La edad media de presentación es de 15 meses con un rango que comprende de 6 meses a 10 años.
El Síndrome Urémico hemolítico comienza con una fase previa con diarrea, sanguinolenta, que puede acompañarse de vómitos, fiebre y dolor abdominal. Simultáneamente o en días siguientes, el niño empeora por la aparición anemia, disminución de plaquetas y fallo renal que requiere tratamiento dialítico en el 60% de los pacientes. El 25% de los pacientes afectados presentan síntomas neurológicos como convulsiones, irritabilidad, somnolencia, obnubilación, estupor y coma.
Puede complicar también a otros órganos como páncreas, hígado y/o corazón, por lo que se considera una enfermedad con compromiso multisistémico
Una vez diagnosticado el SUH, el paciente requiere internación con un monitoreo estricto de su estado de hidratación, diuresis, peso, tensión arterial, suficiencia respiratoria y cardíaca.
No existe terapia específica para esta enfermedad.
Según los datos estadísticos, más del 95% de los niños se recuperan en la etapa aguda y la mortalidad en nuestro país ha disminuido a menos de 5% debido al mejor manejo de la Injuria Renal Aguda.
Las secuelas a largo plazo, en caso de presentarse, son generalmente renales y su aparición esta en relación con la severidad del compromiso renal durante la etapa aguda.
PREVENCIÓN